viernes, septiembre 30, 2005

Oferta




ESCRIBE ALGO

martes, septiembre 27, 2005

Puzzles

Una de las mejores formas de combatir cualquier momento de incertidumbre, intranquilidad, o incluso aburrimiento es ponerse a hacer un puzzle. O al menos ese es mi caso. (Los que encuentran en ellos alguna connotación sexual no tienen remedio)
En lo que llevo de año he podido con dos y medio, los que muestro aquí, tan bien hechos y enmarcados. (modestia baja que sube cristi)

En el proceso de realización de uno de estos entretenimientos por antonomasia, también se incluye la elección del modelo, puede que incluso sea el más divertido, porque te imaginas con ese puzzle hecho ya. Los hay muy diferentes, lo último es por encargo. Haces una foto y lo entregas en una tienda especializada para que hagan de ella pequeñas piezas de puzzle. Una pasada
Yo personalmente me inclino por los que representan obras maestras. No se si es por vocación o por amor al arte, pero creo que es una bonita forma de repasar todo aquello que has dejado por alto, otra forma de mirar detalles que fueron soslayados en una contemplación anterior.
Aprendes a mirar, a valorar cada forma, cada sombra.
Hacer puzzles también es buen remedio contra las larguísimas noches de insomnio. Noches en las que no sabes como conciliar el sueño y ni siquiera tienes ganas de contar ovejitas o intentar crear tu propio sueño. (O si no que se lo pregunten a una que conozco) Lo de contar grupos musicales intergrados por hermanos funciona, pero hacer un puzzle es más interesante.
Los que he colgado aquí en fotos son los hechos este año. Uno es La galatea de las esferas de Dalí, logrado en una semana. Fue mi record.Luego arriesgué con Ubu roi de Joan Miró, un reto casi imposible, pero superado en poco menos de un mes.
El más llevadero es este que estoy haciendo ahora, llevo con él una eternidad, pero es lógico, si el cubismo ya confunde a simple vista, imagínate intentando ordenar las piezas. Las señoritas de Avignon me están haciendo pasar unos momentos de desesperación. Pero en eso está el truco, en saber controlar y sacar toda la paciencia de uno mismo. Cada vez que me pongo con él me digo, mañana una más que encajo. Y ea, a superarse día a día.Otro motivo para levantarse una mañana más.
ESCRIBE ALGO

domingo, septiembre 18, 2005

Exposición de Sophía Vari


Ayer sábado fui a Sevilla para contemplar una excelente exposición que mostraba las obras de la colección de esculturas y pinturas creadas por una artista que hasta entonces no conocía. Se trata de Sophía Vari, mujer que nada tiene que envidiar a su marido, el archiconocidísimo Fernando Botero, en cuanto a artisticidad se refiere.
Sophía, griega de nacimiento pero parisina de formación, sigue la estela del clasicismo de Rubens, aunque despojándose un tanto de la figuración para involucrarse de lleno en la ilimitación formal que la lleva al terreno cubista.
No obstante su incursión en la pintura le hace zambullirse en las aguas de la disciplina escultórica con el fin de encontrar variadas perspectivas en una sola figura.
La exhibición se desarrolla en la sala de exposiciones del convento sevillano de Santa Inés. Un lugar adaptado para eventos de este tipo a través de muros de pladur, los cuales se someten al itinerario marcado por la colocación de tales obras.
En la planta baja, según se accede, se muestra toda la obra escultórica perfectamente ordenada, a mi parecer, según el gusto de la propia artista. Cada escultura se eleva sobre peanas a una altura adaptada al punto de vista que precisa la visión de cada elemento.
Estas esculturas, asombrosos monumentos de bronce policromado, participan en una estética puramente cubista. Donde el movimiento juega papel importante remitiéndonos a esos contornos movidos del gran maestro Rubens, tan admirado por la artista.
Estos cuerpos escultóricos son aparentemente similares en cuanto al uso de las formas geométricas simples, donde los cuerpos trapezoidales y semicirculares se confunden otorgando primacía a las leyes de lo antagónico (curvas/rectas, planitud/volumen, bicromía). Todo un caos escultórico que al ser visualizado en un todo se convierte en equilibrio puro. Es en este sentido donde el uso del color ofrece un importante apoyo visual fundamental para guardar armonía en la figura.
En la planta superior, a la cual se accede a través de escaleras, se reparte el conjunto pictórico de Sophía Vari. Son cuadros de gran formato en su mayoría, de los cuales hay que destacar el uso de la acuarela sobre tela. Utiliza de nuevo la geometría mediante superposición de formas trapezoidales que dan la sensación de trozos arrancados de cartulinas y pegados unos sobre otros. Este recurso origina una visión de profundidad y de perspectiva, ayudado por el sombreado de cada silueta. Son obras carente de luz que hace que los colores se apaguen dando una sensación de monotonía cromática. Sobre todo en las primeras telas, en las cuales recurre al uso de tonos pálidos.
Dichas pinturas provocan en el espectador la sensación de no ser concluidas, ya que podemos ver parte de la trama de la tela y los trazos iniciales abocetados. Además aparecen contornos titubeantes que dan la impresión de ser arrancados y pegados.
Es por ello por lo que comienza un juego con el público, quizás para poder acercarle a cada cuadro individualmente y así , de este modo, eliminar toda esa visión general de la que tanto se suele abusar. En resumidas cuentas, pretende que cada cuadro tome protagonismo por sí solo.
Emplea siempre el blanco como punto de referencia para reordenar la mirada y preperarnos de nuevo a una nueva incursión hacia las formas ilimitadas expresadas en cada pintura.
Pese a ser siempre conformadas por trapecios irregulares, todas contienen un elemento curvo, semicircular. Es como un empleo metafórico de la geometría, entre tanta figuración lineal aparece casi imperceptiblemente un elemento curvo, un atisbo de esperanza en un mundo caótico, el sol entre las nubes amenazantes de una fuerte tormenta.
La mirada parece inducida a seguir los contornos, a dibujar las siluetas de cada elemento.
En sus obras más recientes la violencia colorista comienza a despuntar. Se atreve con el uso de tonos puros, verdes, rojos, naranjas, azules. Aún así guardando la misma estética.
En resumen, puedo decir que esta exposición es un claro ejemplo de que el arte sigue siendo un instrumento imprescindible para profundizar en el conocimiento de todas las formas encontradas en la naturaleza. No todo está inventado, todo es ilimitado.
ESCRIBE ALGO

viernes, septiembre 16, 2005

¡Qué momentos!

Hola zorronas, sé que me vais a decir que soy una cabrona por no pediros derechos de imagen. Pero es que vi ahí esa foto y no me pude resistir. Os tengo que homenajear por ese lunes de feria tan fantástico que pasamos.
Y eso que no presentaba buena cara, ¡no dimos vueltas para buscar sitio en una caseta que fuese barata! pero al fin lo logramos, y lo más impresionante es que pudimos ponernos de acuerdo. Nada más y nada menos que 10 personas en la misma mesa. Jajaja, parecíamos una comunión, todos sentados alrededor de la mesa, algunos con resaca de la noche antes, y otros esperando pillarla.
De ese día hicimos muchísimas fotos, pero la que más me gusta es esta. Se supone que tras el almuerzo y la visita a la mamá de Irene (segunda empezando por la derecha) a la caseta del casino Jerezano, donde nos bebimos dos de rebujito, íbamos a entrar en zona "¡pum!, ¡pum! ¡marcha, marcha!"
Pero como buenas pacientes decidimos esperar fuera a que viniese Carmen (que no sale porque no venía). Lo que pasa es que al aire libre, entre esas casetas de música no típica (por así llamarle) los sonidos se mezclaban de un sitio a otro, y lo que era bailar un horrible reaggeton se convirtió en una danza absurda similar a un ataque de parkinson y epilepsia a la vez.
Con esto que a dos paso se divisaba la caseta de los "viejos" donde ponen sevillanas de toda clase. En esta época del año todo se supera y con dos copas de más una espera interminable se convierte en un jolgorio danzante.
Por cierto, lo de las caseta de los pensionistas es historia aparte. Se le debe dedicar otro apartado.
El caso es que nos animamos a bailar unas sevillanitas en grupo y el resultado fue esta foto. ¿comentarios? pues claro que los hay, o si no,¿qué ocurre con Sara? (1ª de la izquierda, la de camiseta a rayas) ¿no parece un transformer? ¿y yo? (la del medio) que un pelín más y no me troncho. Ahora, la que salió mejor parada fue Conchi (2º izquierda) es la única que posó para una foto seria.
A Maria José, (1ª derecha) e Irene (presentada en líneas anteriores), se le nota bastante la complicidad y la sincronización en el baile, ambas estiraron el brazo derecho para acabar con la sevillana, aunque parece que fuesen a pedir con esas palmas hacia arriba. Podrá haber caído la breva, ¿quién sabe?.
Al final llegó Carmen y nos tranquilizamos un poco. Mentira. Es pa quedar bien.
Pasamos un buen día, espero que vuelva a repetirse.
Un saludito a todas.
ESCRIBE ALGO

miércoles, septiembre 14, 2005

Un día de excursión


Desde hace algún tiempo no se me ocurre nada para escribir en este blog, puede ser falta de inspiración o quizás le he prestado más atención a los otros. Así que ya es hora de dedicarle un poquito a este.
Y no es por ausencia de novedades, creo que ésta ha sido la semana en la que más me he desplazado. No lejos pero si en plan turístico.
(Lo de Sevilla no cuenta, la facultad la tengo demasiado vista y no la veo como monumento emblemático).
Me refiero a mi viajecito a Ronda, un viajecito bastante agradable incluso desde el autobús. El paisaje de la sierra es sublime si se contempla con la mirada del recuerdo y de la imaginación. Es bueno dejarse llevar de vez en cuanto por los arranques propios y realizar alguna que otra incursión que seguro has querido hacer alguna vez y no lo hayas llevado a fin por falta de iniciativa.
Ese fue mi caso, a las 7,45 am pillé el bus para "La ciudad soñada" y allí me recreé. No pudo darme tiempo a ver todo lo que me proponía, la improvisación pudo conmigo y de nuevo el caminar por inercia mirando cada rincón, provocó que el itinerario marcado desde el inicio del viaje cambiase. Por lo que me fue imposible admirar la obra pictórica de Joaquín Peinado, motivo principal del viaje. La excusa perfecta para volver.
No obstante tuve mis momentos museísticos:
Topé con una exposición de Picasso sobre la tauromáquia. No es que el tema me cautive, para mi eso de matar toros como que no me atrae. Sin embargo resté importancia a la temática y centré mi atención en los grabados. (Es gracioso pero esta es la tercera vez que veo esa misma exposición, y aún así nunca deja de sorprenderme). Esta serie de grabados delata perfectamente toda la evolución estilística del artista. Resulta exesivamente atractivo el poder contemplar la ausencia de lineas y la simplificación de las formas conforme avanzas en el recorrido. Es para echarle horas y horas, pero todo, o casi todo tiene su horario y ese estaba hasta las 14,30.
Al salir seguí caminando hasta llegar al Museo Lara, ubicado en una casa palacio des siglo XVIII. El museo muestra una de las colecciones privadas más importantes de España, contenedora de objetos bastante interesantes,repartidos en salas.
De ellas las más atractivas a mi parecer fueron la sala de los relojes, con un sin fin de ejemplares de todo tipo y tamaño;y la sala científica, en la cual había máquinas de formas tan fantásticas que podían salirse de alguna obra surrealista del propio Picabia.
El patio interior mostraba, a través de sus vitrinas, un sin fin de objetos: como máquinas de escribir, plumas estilográficas, pipas, etc. Siendo la más llamativa la muestra de una extensa gama de gemelos de ópera, de diversas formas, tamaños y colores.
Pero la más interesante sin duda fue la sala dedicada a 100 años de fotografía y cine. En ella se mostraba toda la evolución de las cámaras y cinematógrafos. Desde la creada por los Lumière hasta la primera con grabación de audio. Toda la sala estaba ambientada con clichés y fotos de la época. Muy interesante.
Aunque también tenía sus cosas menos atractivas, el resto me pareció un tanto kistch, pero aún así es relevante por el alto contenido histórico y social.
En la planta de abajo se representaba una exposición dedicada a la Brujería, con una serie de objetos fantástico y figuras salidas de relatos de terror. Algo entretenido y curioso, sobre todo cuando te paras a contemplar toda clase de consoladores, realizado de un modo artesanal y bastante curioso. Estas brujas no perdían el tiempo.
Al salir del museo la tarde se me echaba encima, quedaban apenas dos horas para que el bus de vuelta a Jerez arrancara el motor. Así que me di una vueltecilla por los alrededores del Tajo hasta llegar a un parque donde las vistas eran asombrosas. Un buen lugar para dejar algunas líneas en mi apurada libreta y disfrutar de la tranquilidad. Aunque era feria en Ronda y se escuchaba mucho la música y en jolgorio en las calles.
Llegado el momento tomé camino hacia la estación y salí de nuevo rumbo a Jerez.
ESCRIBE ALGO
pasa el puntero del ratón por encima, le encanta jugar con él