miércoles, septiembre 14, 2005

Un día de excursión


Desde hace algún tiempo no se me ocurre nada para escribir en este blog, puede ser falta de inspiración o quizás le he prestado más atención a los otros. Así que ya es hora de dedicarle un poquito a este.
Y no es por ausencia de novedades, creo que ésta ha sido la semana en la que más me he desplazado. No lejos pero si en plan turístico.
(Lo de Sevilla no cuenta, la facultad la tengo demasiado vista y no la veo como monumento emblemático).
Me refiero a mi viajecito a Ronda, un viajecito bastante agradable incluso desde el autobús. El paisaje de la sierra es sublime si se contempla con la mirada del recuerdo y de la imaginación. Es bueno dejarse llevar de vez en cuanto por los arranques propios y realizar alguna que otra incursión que seguro has querido hacer alguna vez y no lo hayas llevado a fin por falta de iniciativa.
Ese fue mi caso, a las 7,45 am pillé el bus para "La ciudad soñada" y allí me recreé. No pudo darme tiempo a ver todo lo que me proponía, la improvisación pudo conmigo y de nuevo el caminar por inercia mirando cada rincón, provocó que el itinerario marcado desde el inicio del viaje cambiase. Por lo que me fue imposible admirar la obra pictórica de Joaquín Peinado, motivo principal del viaje. La excusa perfecta para volver.
No obstante tuve mis momentos museísticos:
Topé con una exposición de Picasso sobre la tauromáquia. No es que el tema me cautive, para mi eso de matar toros como que no me atrae. Sin embargo resté importancia a la temática y centré mi atención en los grabados. (Es gracioso pero esta es la tercera vez que veo esa misma exposición, y aún así nunca deja de sorprenderme). Esta serie de grabados delata perfectamente toda la evolución estilística del artista. Resulta exesivamente atractivo el poder contemplar la ausencia de lineas y la simplificación de las formas conforme avanzas en el recorrido. Es para echarle horas y horas, pero todo, o casi todo tiene su horario y ese estaba hasta las 14,30.
Al salir seguí caminando hasta llegar al Museo Lara, ubicado en una casa palacio des siglo XVIII. El museo muestra una de las colecciones privadas más importantes de España, contenedora de objetos bastante interesantes,repartidos en salas.
De ellas las más atractivas a mi parecer fueron la sala de los relojes, con un sin fin de ejemplares de todo tipo y tamaño;y la sala científica, en la cual había máquinas de formas tan fantásticas que podían salirse de alguna obra surrealista del propio Picabia.
El patio interior mostraba, a través de sus vitrinas, un sin fin de objetos: como máquinas de escribir, plumas estilográficas, pipas, etc. Siendo la más llamativa la muestra de una extensa gama de gemelos de ópera, de diversas formas, tamaños y colores.
Pero la más interesante sin duda fue la sala dedicada a 100 años de fotografía y cine. En ella se mostraba toda la evolución de las cámaras y cinematógrafos. Desde la creada por los Lumière hasta la primera con grabación de audio. Toda la sala estaba ambientada con clichés y fotos de la época. Muy interesante.
Aunque también tenía sus cosas menos atractivas, el resto me pareció un tanto kistch, pero aún así es relevante por el alto contenido histórico y social.
En la planta de abajo se representaba una exposición dedicada a la Brujería, con una serie de objetos fantástico y figuras salidas de relatos de terror. Algo entretenido y curioso, sobre todo cuando te paras a contemplar toda clase de consoladores, realizado de un modo artesanal y bastante curioso. Estas brujas no perdían el tiempo.
Al salir del museo la tarde se me echaba encima, quedaban apenas dos horas para que el bus de vuelta a Jerez arrancara el motor. Así que me di una vueltecilla por los alrededores del Tajo hasta llegar a un parque donde las vistas eran asombrosas. Un buen lugar para dejar algunas líneas en mi apurada libreta y disfrutar de la tranquilidad. Aunque era feria en Ronda y se escuchaba mucho la música y en jolgorio en las calles.
Llegado el momento tomé camino hacia la estación y salí de nuevo rumbo a Jerez.
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1 Comments:

Blogger Morisko said...

Siempre es bueno ir dejando cosas pendientes si son agradables retomarlas, pero no crees que ya va siendo hora de retomar esas buenas sensaciones y continuar ese recorrido.
Besos guapisima

11:38 p. m.  

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