miércoles, febrero 22, 2006

Risoterapia

Ayer, mientras estaba en la tienda del Puerto, un chico entró y me entregó un papel. El folio en cuestión no era más que un escrito que abordaba una serie de terapias antiestrés de las cuales me lamó la atención una en particular. La risoterapia.
De ella decía lo siguiente: "Sigmund Freud atribuye a las carcajadas el poder de liberar al ordanismo de energía negativa.
La risa franca, sincera, profunda te rejuvenece, te limpia la mente por completo. No la risa provinente de la gracia de un chiste, la cual dura poco, sino la que proviene dentro de nosotros. La risa de verdad, la que nos devuelve a la sensación de niñez. Esa risa dura media hora o más.
La risa maliciosa y burlona no sirve, ya que proviene de una actitud negativa y superficial siendo a la larga perjudicial".
Es cierto que hay varios tipos de risa, y también lo es que reir desinteresadamente ya que es un hecho de bienestar inmenso, pues reir sin motivo es señal de felicidad. Pero también puedo decir que a veces algo de ayuda no es mala, siempre y cuando no te rias de los defectos de los demás, ni de las cosas aparentemente chistosas que pueden aparentar ser graciosas y que en realidad encierran un drama.
Siguiendo con el folleto, seguía diciendo lo siguiente: "Esta risa profunda rejuvenece, elimina estrés, tensiones, ansiedad, depresión, colesterol, adelgaza, dolores, problemas cardiovasculares, respiratorios, cualquier enfermedad, nos aporta aceptación, comprensión, alegría, relajación, abre nuestros sentidos, elimina bloqueos emocionales, físicos, mentales, sexuales, se crea un espacio para estar con uno mismo, vivir aquí y ahora, estar en el presente, ya que cuando reimos es imposible pensar, nos ayuda a descubrir nuestros dones, abrirnos horizontes, vencer miedos, llenarnos de luz, de fuerza, de ilusión, de sentido del humor, de gozo y aprender a vivir una vida positiva, interna, sincera y total como los niños".
Y todo eso hace la risa.
¿Quién se apunta?
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jueves, febrero 16, 2006

ARCO 2006


La gran cola era de esperar, pero merecía la pena. Era la primera vez que iba a ARCO y me daba igual tener que esperar lo que fuera. Ya lo había hecho durante seis años y ni siquiera estaba en Madrid, ahora que estaba a las puertas no iba a perder la paciencia.
Pero cuando las cosas se toman con filosofía siempre se encuentran soluciones fáciles, dejé a Jose a que se diese una vueltecita para “investigar” el colapso y dio con una cola más corta, así que recurriendo a la tecnología telefónica, me avisó de que estaba más arriba y en unos minutos entramos en el pabellón 7.
La primera impresión, pues no me dio tiempo a tenerla, aquello era inmenso y con tantos stands, una no sabe por dónde empezar. Primero fuimos a por folletos, de todo tipo e idiomas, me encanta recoger información y anotar todo cuanto considere interesante.
En una visión generalizada, cada stand estaba regentado por el responsable de una galería de arte. Este año había una gran cantidad de países que participaban en la muestra, siendo el país de honor Austria.
Estas galerías asombraban por la diversidad de obras que exhibían, a veces aglutinando una misma disciplina, una misma época o incluso haciendo un tutti fruti de muchas épocas y estilos.
También el montaje de cada galería resultaba interesante. Se encontraban verdaderas salas de museo, con una iluminación que ya muchas salas de exposiciones querrían para sus instalaciones. Se creaba cierto clímax, una individualización en la que olvidabas lo de fuera para sumergirte en el ambiente en el que habías decidido ingresar.
Obras dispares; pintura, escultura, performances, ideas locas expuestas con originalidad. Mezcolanza entre los reconocidos Dalí, Picasso, Millares, Giacometti, Botero, Mariscal, Chagall,…, y jóvenes artistas que estaban dándose a conocer ahora.
Entre las obras que más impresión me causaron y que pude contemplar con mayor detenimiento, puedo citar, no todas, porque si no, no acabaría nunca, pero si alguna de ellas como un coche hecho de cartón, una brocha gigante, una burbuja gigante a modo de carpa chill out, una silla hecha con soldaditos de plástico, un busto de espalda de un hombre de silicona. Etc.
Una de las piezas que más me atrajo, o mejor dicho en su conjunto, fue la serie de esculturas del colombiano Federico Uribe. Se sirvió de materiales cotidianos, bien pinzas de tender la ropa, como imperdibles y piezas de puzzles, para crear fantásticas esculturas de corte clasicista, la cual proponía una gran armonía entre los insignificantes elementos de construcción y la eterna figura clásica de un torso femenino.
Pero como cosas buenas e interesantes, las había menos agradables a la vista, aunque casi igual o incluso más interesantes y atractivas que las anteriores por el misterio que encerraba. Me refiero, en concreto, a una obra refugiada en una caja de cartón, el autor, sinceramente ni siquiera me paré a tomar nota, me descuadró demasiado como para quedarme anotando el nombre. Esa caja de cartón albergaba en su interior una imagen proyectada recreando una escena, la cual desarrollaba una partida de billar, hasta ahora todo normal. Pero había una particularidad, los hoyos lo conformaban los sexos de tres chicas tumbadas con las piernas abiertas, cuyas risas se oían por toda la galería llamando la atención del visitante. La partida se disputaba entre dos chicos en ropa interior. Una bestialidad de imagen, cada pelotazo que recibía una de ellas me causaba hasta dolor a mí, como para no salir corriendo…
Ojalá pudiera plasmar la impresión que me causó cada obra visitada, pero sería imposible, así que investigando un poco he dado con algunas de las obras más significativas:
Ester Partegas “Las cosas más importantes” es una pieza que solapa el curso de la vida diaria con un recordatorio. Su enunciado quiere rescatar producciones de tipo más silenciosas y opacas, producciones del pensamiento y del afecto, que difícilmente encuentran espacio en las corrientes dominantes tan monopolizadas por los media. Lo que más interesa de “las cosas más importantes” es su capacidad de señalar otras direcciones y de valorar lo que visualmente no “capitaliza”.
Esta obra se encuentra en una sala blanca, amplia y con la particularidad de que está vacía. Tan sólo un gigantesco post it al lado derecho de la puerta de ingreso. La frase completa decía lo siguiente “Las cosas más importantes no son cosas”.
Jacobo Castellano: “casa I”, el mismo artista lo define así: El proyecto casa I surge del reencuentro tras diez años con la casa donde pasé parte de mi infancia. La casa fue abandonada por diferentes motivos de forma precipitada y hoy se encuentra en estado casi ruinoso. Una capa de polvo cubre suelo, mobiliario, cuadros y demás objetos. La primera sensación era como si el tiempo se hubiese detenido. Sentí, de alguna manera, la necesidad de trabajar con la idea de recuperar la memoria, no eran las paredes las que se vinieron abajo era metafóricamente parte de la infancia de uno la que estaba siendo borrada. Realicé una serie de fotografías y una selección de objetos con los que realizo esta escultura. Un inestable y frágil entramado de barras de acero sustenta los objetos, fotos y ventanas arrancadas. En ella se aborda el tema de la memoria, la enfermedad, las relaciones familiares y su fragilidad siempre desde una óptica autobiográfica.
Alicia Martín: Se puede hablar de lo “subjetivo” como proceso psíquico, cronológico y lógico por el cual un sujeto se convierte en tal desde los primeros años de su vida. El proceso biográfico “sujeto” a la propia existencia. La intención del proyecto “240º bajo tierra” es situar en el espacio una presión subterránea, ejercida desde el interior. “Sub- jetar”, lo que mantiene al sujeto por debajo del mismo, sometido, controlado, retenido. Esta acumulación abre una grieta en la superficie, emergen los datos archivados, toda la información que, incapaces de retener, se guarda con la tranquilidad del que no se olvida, se almacena, se clasifica, se protege, se restaura, se mantiene por los siglos de los siglos…

(Citas encontradas en El Cultural)

Lo bueno que tiene todo esto es que para el año que viene hay más, y esta vez estrenando nueva directora (Lourdes Fernández) y un nuevo país invitado (Corea).
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lunes, febrero 13, 2006

Sábado noche en casa de Carmen


Menos mal que no hay alemán que saque a Carmencita de la casa. Si no nos veíamos Pepito y yo durmiendo desde las diez.
Lo mejor de todo: las ganas de jugar a algo. Poca variedad, parchis, parchís de 6 o trivial, pero claro, con tortilla o sin ella el trivial es el favorito. Así que lo sacamos.
Ficha rosa para el único machote de la casa, ficha naranja para la aquí redactora (por supuesto elegida por Carmen, la cual vaticinó que me traería suerte) y ficha rosa para la susodicha.
Pero es imposible concentrarse, el respirar aceite de girasol refrito no sienta muy bien a la capacidad intelectual y a veces provocan lapsus. Jajaja, pero claro, después de la famosa pregunta ¿Quién escribió El Cantar del Mio Cid? una ya empieza a hacer sus tesinas acerca del anonimato. Pues sí, se me vino a la mente, ¿y que? ¿no pudio haberlo escrito Alfonso X?, creo que no.
Pues con todo eso, si el aceite parecía molesto el desodorante marca 1 (no publi) acentuaba aún más el daño. Qué pechá de toser, si era ya camionero com mi ronquera, esta vez me quedé como...
... la respuesta del comodín de la llamada
Tia, ¿tan mal te cae Eugenio el de los chistes? ¿tanto para olvidar su nombre y tener que usar la llamada?
En fin, hay una cosa que he leido en tu post que quisiera completar. La fantástica respuesta de Sam, la de"el zorro volador". Dijo que era un pájaro, así que tampoco estuvo muy lejos.
Nos lo pasamos muy bien, hacía tiempo que no reíamos a carcajada limpia así que tenemos que repetirlo. Esta vez en mi casa, aprovechas que tienes que recoger tus cosas y pasamos uná tarde de sábado aquí, ¿te parece?
Un beso reinona, y ya se que no roncas, na más respiras con intensidad.
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viernes, febrero 10, 2006

27

¿Maldición o suerte?, ¿propósito o destino?, sea cual sea la respuesta, lo evidente ha sido que en el mundo del Rock el misterio se convirtió en el protagonista de ciertos finales fatalistas, llamémoslo tragedia, llamémoslo bendición.
¿Por qué no?, igual vaticinaron una vida en declive, el fin de una etapa de apogeo en la que la miseria y la desdicha harían incursión en un momento poco apropiado. Un momento en el cual aún se saboreaba el dulce néctar de de la realización personal, el paso decisivo a ser virtuoso entre los virtuosos que fracasó por el miedo a dejar de creer en ellos mismos.
Pero, ¿por qué coincidieron casi todos ellos a los veintisiete años? ¿Simbología? La misma casualidad indica que la mano ejecutora fue la misma para todos ellos: Drogas, alcohol,…, amigos inseparables, compañeros de creación, musas de inspiración, traicioneros hasta la muerte.
Como un suicidio involuntario que voluntariamente y aun conociendo los riesgos decidieron emprender.
Robert Johnson inició la cadena, a la que se sumaron Bryan Jones, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Kobain.
Robert era un chico de Mississipi entregado desde niño a la música y a la que se dedicó de lleno toda su corta vida. Guitarrista reconocido, este bluesman viajó con su música por todo el continente americano haciéndose con el público hasta llegar al estrellato.
Supo del dolor tras la pérdida de su joven esposa que no pudo terminar de dar a luz a su difunto bebé. Quizás aquello le hiciera profundizar más hasta alcanzar cierta sensibilidad sublime a la hora de componer.
Sobre Johnson se han escrito muchas historias que le han convertido en la leyenda del blues por excelencia. Su supuesto pacto con el diablo ha sido sin lugar a dudas la más relevante; su alma a cambio de alcanzar el cenit del conocimiento musical y la técnica guitarrística. Se afirmaba que en su pacto había entregado su alma a cambio de talento y ocho años de vida para poder disfrutarlo. Existen canciones en las que efectivamente aluden a tal pacto, como “Cross Road Blues”, la cual habla de un cruce de caminos considerado por muchos como el lugar señalado para su encuentro con Lucifer.
Así que el dieciséis de agosto de 1938, el diablo vino a llevarse lo que había pactado con el gran Johnson, usando como instrumento la mano de un marido celoso portadora un vaso de whisky envenenado.
La siguiente víctima del “club de los muertos a los 27” fue Bryan Jones, a quien se le recordará siempre como uno de los fundadores del mítico grupo The rolling stone. Dominaba la música en el más estricto de los sentidos, siendo hábil con el piano, el órgano, el clarinete y la guitarra entre otros. Sin embargo, pese a su gran creatividad, jamás compuso nada para los Rolling, ya que él mismo los llegó a considerar “blandos y sin ritmo”.
A raíz de aquello empezó a refugiarse en las drogas, el alcohol y el sexo hasta hacer romper definitivamente con el grupo y un año después, concretamente el tres de julio de 1969 con su vida. Hallándose cadáver en la piscina de su mansión. Diagnóstico: ingesta de gran cantidad de drogas.
Un año después, cuando aún el cuerpo de Jones estaba casi cálido, otra muerte sorprendió. El maestro, el máquina, el verdadero manipulador de la guitarra, apareció muerto en su casa ofreciendo una imagen que para nada hubiese deseado dejar a la posteridad.
Hendrix se había estrenado como guitarrista a los diecisiete años, cuando sus abuelos le compraron su primera guitarra. Desde joven supo que el destino le haría ser un músico de renombre, un virtuoso del guitarreo. Su servicio militar le condujo hasta Billy Cox, bajista junto al cual recorrió diversos estados de Norteamérica, siendo contratado por Little Richard de guitarrista. Hay quienes afirman, como James Brawn, que Hendrix fue el criado de Richard. Hasta que harto de aguantar su afán de protagonismo, e impulsado por sus ganas de despuntar como solista y compositor, le condujeron a dejar a Richard y comenzar su carrera en solitario. Hasta entonces había sido colaborador de músicos de renombre como B.B. King, Ike y Tina Turner, etc.
Junto con, Mitch Mitchel y Noel Redding funda “The experience”. Cada vez se hacía más famoso, al igual que incrementaba su adicción a las drogas. El asunto con ellas llegó a tal magnitud que Los Experienced acabaron por disolverse en 1969. Un año después lo haría Hendrix en un hotel de Inglaterra. Diagnóstico: ahogamiento en su propio vómito, producto de un mezcla de barbitúricos, somníferos y alcohol. Contaba tan sólo con 27 años.
Los mismos con los que nos dejó al siguiente mes “la cantante más importante del blues blanco urbano y soul de su generación”
Janis Joplin dejó este planeta para unirse en alma a su propio mundo. Un estado que no podría conseguir ni con los mejores psiquedélicos. Su propia muerte quizás fuese su mejor droga.
Janis, marcada desde niña por la segregación racial, usó medios plásticos innovadores culminando en las artes musicales. Un estilo muy ligado al blues. No obstante, por desgracia, su manera de indagar en las nuevas expresiones musicales estaba íntimamente relacionada con el abuso de las drogas, el alcohol y la promiscuidad. La primera partida contra la muerte la gana ella, pero esa victoria de poco le iba a servir al elegir el camino musical soslayando sus estudios universitarios.
Comienza su carrera con los “Big Brothers and the Holding Company” . Pero de nuevo las drogas hacen acto de presencia, y una vez más hace que otro mítico grupo se disperse. Janis apenas podía controlarse en los escenarios, y optó por abandonar. De paso, como si nos sonara extraño, al año siguiente, el cuatro de octubre de 1970 fue encontrada muerta en un motel de California. Diagnóstico: sobredosis de heroína.
Jim Douglas Morrison, conocido como Jim Morrison, vocalista de The Doors, tuvo una vida marcada desde niño por un trágico episodio. La imagen de aquel camión accidentado, en torno al cual yacían inertes los cuerpos de indios, le obsesionó tanto que incluso tenía la convicción de que el espíritu de un chamán muerto atravesó su cuerpo.
Poeta atraído por los pasajes fantasmagóricos y misteriosos, tuvo como referente una cita de Blake “cuando las puertas de la percepción se abren la realidad aparece tal y como es”, para dar nombre al grupo. Así nacieron The Doors, junto a Ray Manzarek, Robert Krieger y John Desmore. Pero fue poca la actividad del mismo, en dos años empezó a decaer por culpa de nuevo del alcohol y las drogas causando estragos en Morrison.
El tres de julio de 1971 su esposa Pam encontró el cuerpo sin vida de su marido en la bañera de su residencia de París. Diagnóstico: paro cardiaco a causa del alcohol. Edad 27 años.

Kurt Cobain fue el último ídolo del rock en morir a una edad muy temprana. Careció de una infancia agradable a partir de los siete años, cuando sus padres se separan, su dificultad de adaptación a su entorno le provocan cambiar continuamente de domicilio. Parecía refugiarse en su afán por la música. De modo que lleva a cabo la creación primero de Fecal Matter y después Nirvana, alcanzando con éste último un gran reconocimiento. Pero los problemas personales del cantante y los efectos de la heroína comienzan a aflorar, pasando por una sobredosis de heroína y algún que otro intento de suicidio siendo el definitivo el 5 de abril de 1994. Se dispara un tiro en la cabeza en su casa. Su cuerpo no fue encontrado hasta tres días más tarde. Edad 27 años.
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