Elegías de Duino y Los sonetos a Orfeo, de Rainer Maria Rilke

Espejos: nadie aún ha descrito, sabiéndolo,
cual es vuestro ser.
Vosotros, como intersticios del tiempo,
llenos sólo de agujeros de cedazo.
Vosotros, derrochadores aún de la sala vacía,
a la hora del crepúsculo, vastos como bosques...
Y la araña, como un ciervo de dieciseis cuernos,
pasa a través de vuestra impenetrabilidad.
A veces estáis llenos de pinturas.
Algunas parecen haber entrado en vosotros,
a otras tímidamente las mandáis pasar de largo.
Pero la más bella quedará, hasta que,
al otro lado, en la virginidad de sus mejillas
haya penetrado el claro, liberado Narciso.
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