martes, diciembre 13, 2005

El cine como recreación histórica


Historia: Exposición sistemática de los acontecimientos dignos de memoria, ya sean los públicos y políticos relativos a los pueblos, ya los que afectan a sus instituciones, ciencias, arte o a cualquiera de sus actividades//Narración verídica de acontecimientos de carácter privado relativos a personas o cosas //Narración inventada.
Cine: Arte de representar obras dramáticas para ser reproducidas por medio de la fotografía y el cinematógrafo.

Dadas todas esas definiciones aprobadas por la Real Academia Española de la Lengua podríamos establecer un vínculo entre ellas, e incluso me atrevería a afirmar que toda reproducción cinematográfica es histórica, pues representa en cierta medida una historia narrada, tanto ficticia como real, y que intenta ofrecer al espectador una forma de evasión de su vida cotidiana para sumergirse en otras situaciones que bien pueden ser totalmente diferentes a las de su entorno, o bien sentirse identificado con ellas.

No obstante, puede existir un enfrentamiento entre los dos grandes “narradores de historia”: los libros y el cine. Desde mi propio modo de ver las cosas, a veces, cuando estás leyendo un libro fascinante, como puede ser Los Pilares de la tierra, cada detalle, cuidadosamente expresado por su autor, se convierten en una puesta en escena dentro de tu imaginación. Creas con ello tu propia película que puede ser diferente a la que se ha imaginado otro lector. Llevar dicha obra al mundo del celuloide podría ser un reto para el creador, y no me dirijo tan sólo al director cinematográfico, sino a todo el equipo. Ese reto no es más que hacer universal una recreación relativa, puede marcar un hito en el mundo del cine, o, ¿por qué no?, un fracaso. Mala o buena, en realidad pienso que hacer de una historia una película es una alternativa más para el conocimiento de nuestra cultura (mundial) y de todas las transformaciones sociales, políticas, religiosas, artísticas, etc. Le encuentro por lo tanto una finalidad pedagógica que para nada está reñida con el ocio.

Atendiendo a las definiciones con las que comencé este artículo es posible distinguir varias tipologías cinematográficas de acuerdo con el contenido. Ya pueden ser de un acontecimiento verídico, en la que se encuentra historias de carácter general, son películas que intentan contar casi al detalle cualquier acontecimiento histórico.

Una de las que considero obra de arte por excelencia es El acorazado Potenkin (1925). Eisenstein la creó para conmemorar el aniversario de la revolución de 1905. Resultando más bien “el reportaje de un acontecimiento” y es por ello por lo que cuidó cada escena, dividiendo la película en cinco actos: “Hombres y gusanos”, “Drama en el Alcázar”, “La llamada del muerto”, “La escalinata de Odesa” y “Encuentro con la escuadra”. Con esta película, rodada en el mismo lugar de los hechos, Eisenstein obliga al espectador a ser testigo y a simpatizar con los acontecimientos mediante una serie de artificios cinematográficos que impactaron mucho en la sociedad del momento, sobre todo la famosa escena de la escalinata de Odesa.

En la misma línea que la anterior encontramos otras producciones más recientes de las cuales destaco La Lista de Schindler (1993), obra maestra cargada de un sobrecogedor realismo hasta el punto de hacer partícipes a las mismas personas que sobrevivieron a esa situación tan difícil y dramática de la época nazi.
En un formato monocromo, va narrando la historia vivida por una multitud de prisioneros judíos dentro de un campo de concentración. Sus vidas dependían de este personaje de repercusión social, Schindler, quien integrado en el mismo bando de los nazis intenta llevarlos a su liberación . Spielberg juega con una serie de elementos “simbólicos”, como es el uso del color rojo manifestado en el pequeño abrigo de una niñita la cual aparece cadáver al final de la película.

De igual temática, aunque prescindiendo de personajes reales, destaca la premiadísima La vida es bella, personalmente una de las películas más conmovedoras que he visto. En ella, su director Roberto Benigni logra crear un gran lirismo narrando la historia de un padre y su hijo dentro de un campo de concentración judío. Lo interesante es ver cómo ese personaje, encarnado por el mismo director, es capaz de convertir ese infierno en un mero juego a los ojos de su hijo para evitar el sufrimiento del pequeño.

Una trama parecida tiene Goodbye Lenin! en la que sus protagonistas, una pareja de hermanos intentan simular la vida de antes de la caída del muro para evitar que su madre, entregada de lleno a la política, y recién salida de un estado de coma, no recaiga a causa del impacto que le podría ocasionar.

Otro tipo de creación cinematográfica lo vemos en las historias biográficas, no obstante es difícil intentar reflejar en la pantalla la vida completa de aquella persona a la que se rinde homenaje en la película. Es por ello por lo que se intenta plasmar las situaciones más representativas e importantes, soslayando aquellas que pueden ser consideradas (por el guionista) como secundarias. Es importante no dejar nada de interés fuera, sobre todo si dicha persona a la que se representa sigue entre nosotros, pues sería la crítica más significativa. Una de las películas de este tipo más interesantes que he visto ha sido Frida (2002), protagonizada por su compatriota Salma Hayeck. Además de narrar la vida de esta gran mujer hace un recorrido por la situación social y política del momento, involucrando en su vida a personajes tan relevantes como Diego Rivera, el que fue su marido y sobre todo al mismísimo Trosky, con quien mantuvo una fugaz relación.

No obstante, existe otra forma de contar una historia a través de un objeto real, como el maravilloso cuadro de Veermer de Delf titulado “La joven de la perla” llevada al cine por Peter Weber y protagonizada por la joven y prometedora actriz Scarlett Johansson . De esa realidad se ha creado una preciosa historia en la que se intenta desvelar el misterio que encierra aquel personaje retratado. ¿Quién es esa chica?, ¿su amante, su sirvienta, su hija? La película va a contar de un modo totalmente ficticio la vida de esta muchacha desde el momento en que entra a trabajar como sirvienta en la casa del pintor de Delf. Lo más interesante recae en la representación de una realidad social, cómo se vivía en esa época, sus costumbres, etc. Sin embargo resulta algo confuso para el espectador que no se encuentre relacionado con el mundo del arte y de la pintura flamenca en concreto, pues cree que esa historia es real y cada vez que contemple ese retrato lo asociará con la historia contada en la película.

Dirigiéndonos hacia algo más actual, dentro de un marco exclusivamente social se inscribe la crudísima historia de cinco muchachos de la Bretaña de finales del siglo XX. Concretamente se trata de Trainspotting (1996), dirigida por Danny Boyle, y protagonizada por un jovencísimo Ewan McGregor. Esta película proyecta uno de los problemas sociales más relevante de los últimos años: las drogas. Su director nos invita a entrar en ese mundo de un modo excesivamente real, es decir, nos introduce en la piel del personaje para poder sentir los malos y desagradables efectos de las drogas, así como la ansiedad que ésta provoca al intentar dejarla, tal ansiedad la plantea mediante imágenes fantasmagóricas y crueles. Pero no sólo nos ofrece esa imagen del protagonista y sus amigos, sino también el sufrimiento de su familia, que intenta ayudarle aunque con ello tengan que hacerle sufrir.

Con todo esto he intentado demostrar que el cine es un buen método para conocer más de cerca lo que ha acontecido en una época concreta y sobre todo lo que ocurre en estos momentos gracias a su carácter de actualidad. La ventaja con la que hoy día disfrutamos es la de las nuevas tecnologías, pues posibilitan la brevedad de la realización de una película y con ello podemos incluso contemplar lo que acontece en el presente.
No obstante, esa relación que mantiene con la historia podría incluso jurar que es necesaria. La historia es imprescindible para el cine, y hasta para la película más surrealista del mundo, ya que siempre se ceñirá a ella una sucesión de acontecimientos que directamente asimilamos y ordenamos en nuestra mente.
Con todo ello, y metafóricamente hablando, considero a toda historia cordón umbilical del cine y la humanidad como su madre.
ESCRIBE ALGO

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo con tus tesis pero ya me gustaría a mi explicarlo tan bien como tu lo has explicado, un post estupendo y muy bien trabajado según mi modesta opinión.
Por cierto, yo también he tenido un comentario como ese que tienes antes del mío.
Un saludo

9:46 p. m.  
Blogger Cristi said...

Muchas gracias por tu opinión, la verdad es que palabras así resultan reconfortantes. Saludos

11:31 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

bueno cristi no te lo creas que tampocoes pa tanto je je
se te ha olvidado poner algo muy importante usease el señor de los lerus que me dejo bastante traumatizada, ese peter jackson es pa encerrarlo
lo unico que tiene de bueno es al fotografia y que muchas personas se han interesado
l malo? el resto, especialmente esos saltos y esas invenciones
si tolkien levantara la cabeza...

12:34 p. m.  
Blogger mago said...

El cine puede ser difusor de la historia. Pero la historia debe ser estudiada por medios mas reflexivos. El cine permite el acercamiento a personas q no quieren leer o profundizar. El acercamiento de toda narración, tanto cinematográfica como literaría, a otras vidas y otras realidades nos hace mas tolerantes.

11:17 a. m.  

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