....Y salimos de la carbonería

Demasiado calor allí dentro, y encima la música no acompaña. Así que viendo el panorama decidimos pirarnos Jose y yo para casa. Al salir nos encontramos con Vero, Merceditas y sus respectivos. Cada vez que los vemos son horas de charla. Pero merecen la pena, pese a las duras críticas de Vero, se lo perdono. En estado de embriaguez se dicen muchas verdades. JAJAJAJA, ¿pues no dice esta niña que mi web es patética? Chiquilla, existen alternativas a la hora de escuchar música mientras te deleitas con lo que escribo. Una de ellas es ponerte junto a un radiocasette y seleccionar la música que quieras escuchar, y la otra es pinchar en la pagina del grupo y escuchar la impuesta. A tanto no llego.

En la plaza Vargas sólo quedaban los acabados mas algún que otro grupillo de gente apurando las últimas gotas del preciado botellón.

Entre esas personas se encontraban los susodichos. Me habían informado de que habían visto mi blog. Desde aquí se lo agradezco, eso hace tener más ganas de escribir, aunque si me envían comentarios pues mejor.

Allí mismo encontré quien será mi próximo objetivo para ocupar un huequecito en la sección de parecidos razonables. Una idea proporcionada por Merceditas. Su novio tiene un parecido. Fran, espero que no te disguste si en cualquier momento ocupas un apartado del blog parecidos más que razonables. Me han dado permiso.

El caso es que queriendo retratar al prota del próximo parecido, en un despiste del fotógrafo, Fran se escabulló. De repente se oyeron gritos, dos chicas a puño pegándose y chillando y acto seguido sus defensores imitando a sus defendidas. Al girarnos para vislumbrar el percal nos quedamos todos atónitos al contemplar que Fran se hallaba allí, justo en el escenario del suceso, ejerciendo de ente diplomático intentando separar a las dos partes enfrentadas.

-"¿¡Qué hace ahí mi novio!?"- exclamaba su respectiva.- "Este se va a meter en un lío. No le gusta ná meterse en los fregaos estos".

Merceditas, al no atreverse a intervenir solicitó la ayuda de su inseparable Vero, bueno, quizás aprovechó su estado ébrio para lograr su objetivo. Pero por más que le decía que fuese a recoger a su novio, más le ignoraba. Vero había hecho caso omiso a sus plegarias y fijó su atención en el bolso de una de las afectadas en la riña barriobajera aquella.

-¡¡Al Fran que le den por culo!!, ¿pero tú has visto que peazo de bolso? es hasta el color bonito y tó. Vente Merceditas, vamos a cogerlo.

Ejem... Fran fue al fin rescatado, no se sabe muy bien como porque nos distrajimos con la encantadora imagen del Mangui. Había hecho camuflaje, al igual que los camaleones, pero la diferencia entre ambos especímenes residía en que la del reptil se efectua mediante el color, y nuestro inconfundible Manuel Luís hizo algo semejante pero adquiriendo forma. Se hizo pasar por tubo de obras para poder insultar a todo el que pasaba por allí. Eso nos dejó algo desconcertados, pues si bien el objeto por el que se hacía pasar era bastante creible respecto a su apariencia formal, el color no lo era tanto. Éste tenía un tono algo más rojizo que el tubo al que se adosó.

Pero ya os digo, todo pasó tan rápido que no nos percatamos de los detalles. Lo que sí puedo deciros es que jamás os coloqueis entre un borracho con una botella de cocacola y la pared. Podéis correr el riesgo de terminar muy pegajosos.

Besitos a todos.

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