sábado, noviembre 12, 2005


Esta semana ha sido novedosa para mi, por fin he entrado a formar parte del mundo Tartessia. No es una tienda convencional, sino algo más que eso. Es un lugar donde se ponen a exposición una serie de objetos, los cuales a vista de algunos pueden ser definidos como algo exclusivamente elitista. Sin embargo no debe considerarse así. Si no que a la hora de entrar hay que hacerlo con la idea de que va a mirar arte, así como el que visita una galería o un pequeño museo.
Los artículos que se comercializan en Tartessia son obras de arte, de diseño, tanto en joyería como moda o complementos. Se reconoce el trabajo realizado, todo de forma artesanal y con muchas horas de dedicación. Ese es el factor que separa la venta de productos al pormayor de la venta de objetos aislados.
Siempre se ha intentado ofrecer productos artesanales a un precio apropiado, pero es imposible. Ya en esl siglo XIX se quiso hacer una recuperación de la artesanía, algo que instaurara una estrecha relación entre el artista y el objeto.
Concretamente personalidades, como John Ruskin o Williams Morris, importantes críticos y artistas de la época, impulsaron en sus críticas una vuelta de la artesanía. Rechazando toda división entre las Bellas artes y las artes decorativas. Proponían una rehabilitación de las artes, las cuales debían volver a lo natural rechazando a la sociedad capitalista contemporánea. Morris creó una empresa cuya estructura era contraria al desarrollo industrial. Todo basado en los gremios medievales. El artesano diseña y realiza el trabajo. Ojetivo: realizar objetos bellos, asequibles y útiles, para todo el mundo. Pero todo eso resultó utópico, esos productos eran hechos a mano siguiendo un planteamiento gremial medieval y por ello resultaba muy caro para la gente corriente. Así que pasó a sere objetos para ricos.
Desde entonces se ha intentado adecuar la industria a las artes. Aún así, se le ha dado importancia al objeto como creación artística. Formalidad y funcionalidad al servicio de un mismo objeto. Un buen ejemplo en la actualidad lo tenemos en Ikea, una gran superficie en la que se han asociado una serie de diseñadores para producir sus obras a grandes cantidades y a un precio asequible. No obstante esa superproducción puede resultar negativa en cuanto a calidad.
En los objetos púramente artesanales el tiempo de trabajo que se dedica a cada uno en particular, supera con creces el dedicado a una producción de fábrica y cada detalle es repasado con detenimiento haciendo al objeto único.
ESCRIBE ALGO

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se ve que conoces el tema, ha estado bien para mi enterarme de lo que pasa con los artesanos, no me extraña que lo suyo valga caro.
Tengo un amigo que es ebanista, cosa que ya no se ve, trabaja de conductor de taxi, pero cuando hace alguna cosa de encargo, pues tiene más trabajo que el que puede hacer, se puede dar uno cuenta de la diferencia de un mueble de ikea y otro hecho por él.
Un saludo

10:35 p. m.  
Blogger Cristi said...

Bueno, trato de defender un poco la artesanía, eso de ser considerada como arte menor me parece un tremendo error. No valoran el trabajo realizado ni la habilidad. Sin embargo las artes mayores disfrutan de todo ese ajetreo elitista que enriquece al pintor o escultor sólo por que esté de moda o por que su filosofía se ponga en práctica por cuatro pijos místicos. En fin, gracias por seguir el blog. Un saludo.

10:54 a. m.  
Blogger Lafriky said...

Mi primo es ebanista, y hace unos muebles preciosos.

11:27 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home

pasa el puntero del ratón por encima, le encanta jugar con él