miércoles, octubre 19, 2005

Menudo año

Bienvenidos al maravilloso mundo del arte de la fotografía digital, es un honor el poderles ofrecer para su deleite esta serie de imágenes capaces de esbozar en vuestros particulares rostros una delicada y apasionada sonrisa, la cual será producto de un irremediable estado de ánimo óptimo y sereno.
Todo aquello originado por una enmarañada cadena de casualidades de la vida, en la que harta de rodar y girar decidió bajo auspicios del temible destino confluir la vida de cuatro individuos dentro de un mismo marco: la universitaria ciudad de Sevilla, y más concretamente, el agraciado y vigoroso departamento ubicado en la calle Vicente Alanís, de cuyo número no consigo acordarme, aunque sí de la planta, el cuarto de la letra C (de cabrones).
Tales entes conformadores de nuestro presente relato vienen diferenciados por sus nombres, y en menor medida, sexo.


Comenzaré por el más payaso de todos, payaso no con ánimo de ofender, sino por alguno de los roles que desempeña a causa de sus amenos estudios teatrales, que absorben la mayor parte de la jornada diurna de su vida estudiantil y pública. Su atención se activa cuando le dicen Luis. Es un ser originario de la serranía de Aracena, un muchachito muy apañao que se decidió por abandonar su lugar natal para formarse como integrante culto en nuestro querido planeta Tierra. De sexo masculino y de alimentación carnívora y choquera muy chorreante en el ámbito refrigerante. Su estado civil viene conformado por mantener un apasionado e inocente noviazgo con una bella doncella de nombre Yoli (como Angelina pero sin acento en la i). Una de sus particularidades más destacadas es su repentino cambio de personalidad tras la ingesta de ciertos alimentos dentro de un horario nocturno reconocido por el resto de los mortales como cena. Es capaz de imitar a cuantos personajes divaguen en su mente, de tal modo que puede sufrir un proceso de explotación por parte de los restantes miembros de la casa. De todas formas no parece darse cuenta, o si ocurre lo contrario lo asume de forma civilizada, es decir, se resigna como un buen hombre.

El siguiente protagonista coincide con el anterior en lugar de ubicación y sexo. Sin embargo varía un tanto en edad, ya que es un año mayor. Su nombre completo es Jose Da (mián), sin embargo su capacidad de percepción sólo accede al primero.
Jose es un chico muy jovial y alegre, amante de los desafíos de altura y deportes de riesgo. Pese a sus constantes y dolorosas lesiones jamás se da por vencido. Su ocupación en esta ciudad viene a ser la de estudiante empedernido de la majestuosa carrera universitaria de filología francesa, y de ahí sus constantes devaneos en cuanto al idioma, es decir, empleando el riguroso sistema metafórico podríamos decir que sería una especie de traductora electrónica después de haber pasado por dos lavadoras con sus correspondientes centrifugados. Duro de oído aunque no sordo, se adapta al territorio español, sin embargo defiende sus raíces como un buen andaluz haciendo honor a su tierra, pero sin olvidarnos de los desvaríos galos anteriormente citados. Su vocabulario es algo cerrado, siendo sus palabras y frases hechas más comunes perdona bonito/a o vete a chuparla. En cualquier caso la entonación es la que mejor define su significado. A veces sarcástico, a veces no.

El tercer elemento de la morada sevillana es el último hombre de la casa, Alfonso el siempre ausente. Poco tiempo comparte con sus respectivos compañeros, pero cuando está presente se hace notar (exceptuando las épocas de bajón inexplicable o de cansancio desenfrenado). Su actividad en la metrópolis atiende a finalizar sus estudios y a servir cafés en un establecimiento céntrico llamado café de Indias, donde además mantiene buenas relaciones con el resto de trabajadoras del inmueble. Su pecado está en su obsesión por la línea, tal es ella que literalmente hablando le gustaría seguirla hasta quedar como ella, fina fina, pero poco segura, ya que corre el peligro de desvanecerse. Su faceta más característica es la de relaciones públicas, sobre todo en la noche, cuando su otro yo aflora para alcanzar el más puro estado de excitación y embriaguez lo cual le provoca una descarada actitud que incita a las féminas a realizar el mismo ritual al que se somete. Pero lo que más interés despierta es su aguante físico, tal es este que da la disparatada y pueril sensación de haber hecho un pacto con el mismísimo... creador de Duracel. Este chico cuenta además con un complemento, en el paquete también se incluye su bólido, un completo auto que lo lleva y lo trae cuantas veces le urja, viene a ser como su apósito algo que le permite viajar además a su ciudad natal, Jerez, pequeño enclave dentro de la provincia de Cádiz.

Ciudad a la que también pertenece la tercera inquilina de la casa, una chica, la única por excelencia y la mejor. Cristina es su nombre, y veintipocos los años que tiene, aunque parecen muchos menos. De esta maravillosa chica poco hay que decir, es tan famosa que hasta los mejores biógrafos se la han disputado para relatar sobre su primer cuarto de siglo. Adora todo lo referente al mundo artístico, y en especial a lo actual, sin embargo se remite en muchas ocasiones al pasado inmediato de la era de la psicodelia y la locura de las últimas décadas del pasado siglo en cuanto a música se refiere. Vegetariana de condición siempre es punto de comentarios y críticas de sus compañeros, quienes por envidia son capaces hasta de faltarle el respeto, pero Cristina es tan paciente y educada que logra poner orden sin darse por aludida. Esta fantástica y encantadora muchacha posee una curiosa afición, retratar en su cámara digital los diferentes estados de comportamientos de los demás individuos integradores de la microsociedad estudiantil. Dichos individuos incluso la consideran su madre, excepto Alfonso, padre putativo del resto de los componentes.

En fin que al final formamos una magnífica familia tan densa como la de Dinastía y a su vez tan enmarañada como Falcon Crest (o como se escriba). En realidad esta familia es larga ya que en ella se insertan los distintos parentescos: papi Pepe, tita Elena Bogordo, Tito Juanito y un largo etcétera, etcétera, etcétera.

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8 Comments:

Blogger mago said...

Curioso grupo de carnivoros y vegetariano en Pop Psicodélico

9:11 p. m.  
Blogger Cristi said...

Pue ya ves, lo que hace la casualidad. Hacer un especie de familia de una serie de individuos que lo único que tienen en común es estudiar fuera de casa. ¡¡¡Va por ustedes campeones!!!
Mari, tu no te pongas celosa, ni sara tampoco, ni Isaak, ni Irene, el gilipollas del pijo que le den por culo (además fue un cuarto de año na más)

11:35 a. m.  
Blogger Lafriky said...

Siiii anda que bonito y a tu anterior piso que le den no te preocupes hablaré con ellos y esto va a ser un complot peor que el de la "tortilla verde" en casa de Mari.

1:34 p. m.  
Blogger Cristi said...

Uff tia ni me lo recuerdes, que mallll. Aborrecí la tortilla, pero na más que la tortilla.

8:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues sí curioso grupo y muy buena manera de describirlo.
No se lo que estás estudiando, pero en los examenes seguro que cuando no sabes algo, pones mucho de tu cosecha y no tendrán más remedio que aprobarte.
Felicidades por el carnet y un saludo.

2:17 a. m.  
Blogger Cristi said...

Muchas gracias, pese a que sigo aprendiendo, ya no estudio, ahora soy una licenciada en historia del arte con muchos proyectos en mente.Me paso a tu blog para leerte, saludos.

12:22 p. m.  
Blogger Lafriky said...

Oye hay que poner el post de la tortilla, tu haces el tuyo y yo el mio para ver las versiones eh? pero yo no tengo fotos de ese dia quien las tiene? Sara?

1:06 p. m.  
Blogger Cristi said...

PERO ¿¿¡¡¡HAY FOTOS DE ESO!!!???? Uff, y yo que creí no ver más esa gallarda estampa. Pero bueno, en breve haré mi versión de los hechos, o por lo menos lo que yo recuerde, hay cosas turbias en mi memoria. Como el nombre de aquel japonés.

1:12 p. m.  

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