domingo, diciembre 03, 2006

Cuentito


El pequeño elefante que lloraba desconsoladamente seguía su camino por la espesa selva que lo vio nacer. Esta vez él solo se tendría que enfrentar a la más dura de las pruebas, pero estaba dispuesto y satisfecho de lo que le había tocado. Mientras... seguía llorando. Pero, ¿qué le pasa a nuestro elefante? No se sabe por qué, pero por cada paso que daba una lágrima soltaba.
En el trayecto iba encontrándose con diferentes personajes, hijos de la misma selva. El primero en pararle fue un camuflado camaleón.
-Buenos días elefantito, ¿qué te pasa? ¿por qué lloras? ¿acaso será porque eres azul y diferente al resto de la manada? No te preocupes, yo también cambio de color y es divertido, si es eso lo que te preocupa- continuó diciendo.
Mientras, elefante callado y con los ojos más vidriosos seguía su camino soslayando a aquel preocupado reptil, hasta dar con una fiera leona que acababa de ser mamá.
-Buenos días elefantito, ¿por qué lloras?, ¿acaso será porque te has perdido de tu mamá? Si quieres puedes venir conmigo y juntos la encontraremos. Esta vez el elefante levantó la mirada hasta poder visualizar a la mamá leona para responderle entre sollozos: -No se preocupe, no es eso lo que me pasa, tengo que seguir mi rumbo, tú ya tienes una responsabilidad, cuidar de tu camada-
Y sin pararse para volver a mirarla siguió andando con su pequeño rabito entre las patas.
Caminaba y caminaba hasta topar con un pequeño ratón... a nuestro triste amigo siempre le habían dado miedo los pequeños animalillos, sin embargo, y pese a su temor, se mostró curioso frente al diminuto roedor. Nunca había visto nada igual, pequeñito, orejón y con el hociquito rosa. De repente dejó de llorar y se dirigió al susodicho para saciar su curiosidad, siempre y cuando manteniendo la distancia- ¿Qué eres? Nunca había visto nadie como tú
-Soy un ratón- contestó el animalillo curioso de ver un elefante triste- ¿Por qué lloras elefante azul? ¿acaso lloras porque eres pequeño? Yo soy el más pequeño de mis hermanos y no estoy triste... es divertido.
El joven elefante, sin dejar de repartir lágrimas esbozó lo que podría ser un intento de sonrisa... pero fue muy breve, siguió caminando hasta que el hambre le impidió el paso. Entonces fue cuando se acordó de esos personajes con los que se había encontrado y se dijo...Soy azul, busco a mi familia y soy muy pequeño... ¿acaso no es motivo para estar triste?
Pero lo que nadie, ninguno de esos personajes le había preguntado era qué estaba buscando y si era eso lo que le motivaba a llorar desconsoladamente. Y es que no todo elefante tiene como padre a un ciempiés descalzo perdido entre la maleza. Se avergonzaba de responder... y triste y cabizbajo siguió su camino.
ESCRIBE ALGO

3 Comments:

Blogger Lafriky said...

Nadie tiene un padre ejemplar ni perfecto....

1:11 a. m.  
Blogger chusbg said...

Influyen, mucho, nuestros padres, pero sólo eso, cuando nos damos cuenta que en realidad, somos nosotros, si no es demasiado tarde, es cuando nos encontramos en el mundo, bien o mal con nosotros mismos, pero con nosotros mismos, no como apéndices de otros, es una reflexión que se me ocurre al cuento, seguro que tiene otras visiones, hace pensar.

Un saludo

9:40 a. m.  
Blogger mago said...

Feliz navidad y prospero año nuevo. Una pregunta Jon sigue por Jerez?. Besos

10:45 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home

pasa el puntero del ratón por encima, le encanta jugar con él