Esta va por ti

Hola, mis fieles lectores.

Desde la última vez que escribí no han pasado muchas grandes cosas que os quiera contar. Pero en vistas de que hay una nueva incorporación a la larga lista de lectores que cada día visita este dicharachero blog, quiero hacerle un homenaje.

Va por ti Mari, bueno, Carmen, tu impulso a que lo hiciera, si es que lo ha hecho, ha sido fundamental, como lo es es monólogo tan entrañable de ayer noche. Siento que se fuera la batería de tu móvil, la culpa la tuvo Maria José.

Por cierto, te llamó un tal Rafa.

En fin, ea, con tanto lío ya me perdí y esta vez no hay Paco que me encuentre.

Ah, eso, el homenaje a las jodías estas y alguna que otra paranoia para alguien más que se de por aludido (ayyy).

Voy a empezar a contar una historia basada en hechos reales, tan reales que pasó de verdad y todo. Tan todo que creo que si sigo definiendo lo que fue, deja de ser real y de tener fundamento, aunque de fundamento no puedo hablar, porque carece de él.

No me enrollo y comienzo. (A ver que tal se me da la improvisación)

Érase una vez una muchacha muy extrovertida y arrebatadora que en un momento de su vida decidió salir de su casa para iniciar una incursión universitaria a la capital andaluza denominada la Hispalense.

Esa joven doncellita deseaba formarse en una disciplina médica conocida por todos como "persona comprendedora de otras menos comprendidas". Para ello debía echar mano de una serie de factores sociológicos vitales para su escaso bienestar en dicho lugar, así como la elección (no erección, jeje, quizás escriba sobre ello en una segunda parte) de tres personas ajenas a su entorno habitual para compartir parte de su estancia en tan maravillosa ciudad.

Pues bien, después de una dura y competitiva selección, pudo reunir a los tres mejores seres que podían existir en ese momento con la misma necesidad de encontrar cueva para hospedarse. Los tres magníficos emigrantes o algo peor que suele definir ella (le dejo el honor, yo no me atrevo).

El caso es que formaron cuarteto para habitar una cueva de mil demonios (Carmen no te rías, la próxima la empiezo contigo). Situada en una fabulosa calle muy adecuada para tiroteos y peligrosas persecuciones. Un hogar a cuyo mando estaban la encantadora sorda y su mochuelito el Palomo.

Nuestra entrañable protagonista inició así el primer año de su azarosa carrera, una carrera que la llevó a las entrañas de un desconocido mundo presidiario, un mundo exhabitado por reclusas que salieron por patas al enterarse que ella iba a habitar la misma estancia. Un lugar frío y estrepitoso dotado de grandes paneles informativos y un elemento inquisitor: SECRETARÍA.

Muchos males de ojos echo nuestra prota para poder encontrar su lugar más propicio y sus horas más apropiadas.

No obstante, lo más relevante de su historia no es su habitáculo de erudición, ni mucho menos su habilidad como hipnotizadora de la jodida inquisición. Si no su mundo particular, alejado de su vida social.

Lo siento, no puedo seguir con esto, olvidé perdirle los permisos permanentes para hacer uso social de su biografía. Así que cuando la consiga pues seguiré. Te respeno (xoxete) aunque no lo creas.

Jajajaja, ya me pitan los oidos.

Jamás Amigo Verás Imágenes Tan Espeluznantes (...)

Qué Un Imbécil Estaría Robando Oro

Mientras Usted Contempla Hoy, Otro

... lo hará mañana

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